jueves, 2 de abril de 2009

Inspiración o no?



La inspiración, ese aliento divino que susurra versos en nuestros oídos, eso que asemeja a los poetas con los vates (aquellos que ejecutan vaticinios) dejandonos en una extraña situación: los que sostienen que escribimos bajo sus efectos creen que somos intermediarios entre Dios (o los dioses) y los hombres.No será demasiado? Demasiada responsabilidad para los humildes poetas?
Más modestamentente, desde aquí, planeta tierra, algunos hemos sentido mientras escribíamos, tropezando a veces con adjetivos superfluos, con verbos resistentes a la acción del fuego, frases indoblegables, transpirando incluso, hemos sentido entonces, en medio de ese fárrago, un escalofrío, un temblor que viene de otro lado. Será la musa? se pregunta entonces el torpe (la torpe, en este caso) poeta...Si es ella, la musa (o el muso) quien nos ayuda a superar el horror vacui de la página en blanco, ese "Y ahora" que sucede cuando terminas el libro, o no, si fuera tal vez simple voluntad?.
Algunos consideramos esto que hacemos, un trabajo, ahora bien, si es la musa, nos engañamos, el verso es regalado...pero no lo es. Al menos no lo es en la mayoría de los casos, porque hay autores angelados que escriben con la musa atada a la pata de la cama...bueno, los dejo con esta reflexión, prontito ofreceremos a nuestro lectores un reportaje a algún autor patagónico, acerca de hasta dónde la inspiración ayuda en su obra...

Desde Puerto San Julián, Claudia, deseando que la fuerza (la musa) los acompañe